Skip to main content
Doña Catalina
tenía un pelo de oro
entre su cabellera
de sombra.

(¿A quién espero,
Dios mío,
a quién espero?)

Doña Catalina
camina despacio
poniendo estrellitas
verdes en la noche.

(Ni aquí
ni allí
sino aquí.)

Doña Catalina
se muere y le nace
una granadeta de luz
en la frente.

¡Chissssssssssssssssss!
Rate this poem
No votes yet
Reviews
No reviews yet.